Bien, muy bien. A pesar de que no hemos visto a demasiados personajes, después de este capítulo hay muchas cosas de las que hablar. El noveno episodio de la sexta temporada de Juego De Tronos, titulado La Batalla de los Bastardos, será el que represente a la serie en los próximos Premios Emmy, y se nota. Lo que se han ahorrado en la temporada anterior y en parte de esta se lo han gastado en este capítulo, uno con espectaculares efectos especiales y con planos capaces de quitar el aliento. La batalla por el Norte ya ha tenido lugar, y esta es mi opinión al respecto; una opinión que, por supuesto, está LLENA DE SPOILERS.
Empezamos en Meereen, donde los Grandes Amos atacan la ciudad sin piedad. Hasta que aparece Daenerys con sus queridos dragones, claro. A partir de entonces, luz, fuego y destrucción por doquier. Por fin Daenerys ha abolido (prácticamente) la esclavitud en la ciudad que gobierna y en los alrededores, algo que le ha costado demasiadas temporadas. Por si fuera poco, ahora cuenta con barcos suficientes como para (POR FIN) zarpar rumbo a Poniente (aunque, según Tyrion, necesitan todavía más).
Si es cierto que todavía no tiene suficientes navíos como para cargar con todo su ejército, lo lógico es pensar que su primer objetivo no será otro que hacerse con los barcos que está construyendo Euron (el cutre, no el de los libros), y, ya de paso, acabar con este. Por si fuera poco, vemos que entre Yara (o Asha) y ella hay un rollito muy especial, así que esperemos que sea un hecho el que le falte poco para dejar Meereen de una vez por todas.
Y ahora vamos con lo importante: la Batalla de los Bastardos. Para empezar, Rickon muere. Sí, todo el mundo piensa que podría haber corrido en zigzag, o que podría haberse escondido detrás de uno de los adornos en llamas que Ramsay colocó a lo largo del campo, pero no. La verdad es que los planos de estas escenas me parecieron preciosos.
Después, el caos. Por fin nos dejan disfrutar de una batalla con todas las de la ley. Fenomenal (aunque creo que se pasaron un poco con los tamaños de las montañas de cadáveres). Pensaba que sí, pero la verdad es que no tengo ninguna queja con el transcurso de la batalla; puede que con su final, ya que el rescate de Petyr y los Arryn me parecía bastante predecible desde el principio. Pero es que tal y como estaban las cosas, no iba a acabar de otra manera.
Triste la muerte de Wun-Wun, pero no falleció nadie más (importante) en el bando ganador. El final de Ramsay al más puro estilo Scar y las hienas en el Rey León me gustó, pero, como casi siempre que muere algún malvado, me dio pena perder al personaje. Los Stark vuelven a reinar en Invernalia, a no ser, claro, que Meñique decida hacer de las suyas (y es justo lo que deseo, porque la forma de ser de Petyr Baelish exige algo así).
Además, nos han dejado otro frente abierto con Davos y Melisandre. El que fuera mano derecha de Stannis ha descubierto que su querida princesa Shireen fue incinerada viva, por lo que podríamos esperar un enfrentamiento entre el Caballero de la Cebolla y la Bruja Roja.
Un capítulo que perfectamente podría tratarse de un final de temporada, pero no. Todavía nos queda el capítulo especial que cerrará esta tanda, un episodio que durará más de lo normal. Imagino que se centrará sobre todo en Desembarco del Rey, donde espero que, por fin, veamos los juicios de Loras y Cersei. Después de haber estropeado su trama, Arya me da bastante igual ahora mismo, Brann está a lo suyo con su tío medio zombi y el Perro se acaba de unir a la Hermandad sin Estandartes (¿habrá sorpresa?). ¡Esto se acaba en menos de una semana! Esperemos tener un final sorprendente y que nos dejen con ganas de más.
Y esta es mi humilde opinión, aunque en realidad, no sea para nada humilde.
Ander Mombiela
Series Para Aficionados 